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Cuando tienes un trabajo estable, sin complicaciones, con una rutina, con tiempo libre y podría decir “con la vida resuelta” ya no piensas en estudiar, sino en continuar en esa línea porque te has acostumbrado a ella.

 

Hasta que de imprevisto y sin previo aviso, esa vocación que tenía de pequeño surgió de nuevo desde mi interior con mucha más fuerza. Eso hizo que fuera dedicando mi tiempo libre a esas aficiones, ya sea inscribiéndome en asociaciones o acudiendo a  eventos.

 

Estos hechos no hicieron más que aumentar mis ganas por dedicarme a esa profesión  que me venía de vocación, como son la comunicación meteorológica y el periodismo musical. Pero de nuevo surgió la gran pregunta, ¿estoy dispuesto a dejar el trabajo para ponerme de nuevo a estudiar? La respuesta fue no.

 

Y cuando creí que mi vocación se quedaba en una simple afición, llegó la pandemia. Es entonces cuando reflexioné y logré sacar el lado positivo a las cosas.

 

Con la pandemia, el teletrabajo y las clases online subieron como la espuma. Es en ese momento donde supe que no hacia falta dejar de trabajar para estudiar lo que quería. Pensé que profesión tenían en común la meteorología y la música y de esa forma llegué a la Comunicación.

 

Es un sacrificio enorme, porque ya os aseguro que trabajar y estudiar al mismo tiempo no es nada fácil, pero vale mucho la pena.

Dicen que los sueños se cumplen, puede ser, pero no llegan por arte de magia. Sin sacrificio, sin dedicación y sin pasión no llegas a ningún lado y aunque a veces he estado a punto de dejarlo, pensar en ese objetivo de convertir en profesión mi afición me hace continuar en este camino de piedras.

 

Y es que los sueños no se cumplen, se trabajan.

Mi historia

Como vamos creciendo va cambiando nuestra percepción y la respuesta a la típica pregunta “¿Qué quieres ser de mayor?” va cambiando constantemente, pero siempre  hay una que con el paso del tiempo acaba emergiendo, y aunque te dediques a una  profesión que no sea esa, nunca es tarde para conseguir llegar a la meta, la que te  viene por vocación.

 

Ya sea por distancia o por la economía, no siempre podemos estudiar lo que queremos y tenemos que tomar otro camino más largo, pero nunca sin perder el foco.

En mi caso opté por la electricidad, otra de mis pasiones, aunque no la principal. Han  hecho falta muchos años para llegar donde estoy ahora.

Tras cuatro años estudiando electricidad, conseguí trabajar en el sector, lo que me  permitió ahorrar económicamente para poder llegar a mi objetivo, pero tienes el riesgo  de acomodarte, como fue mi caso.

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